Allí dixo el rey a Ruy Díaz,
‘Fijo eres de Diego Laínez e nieto de Laín Calvo,
cabdiella bien los reinos, desque cantare el gallo.’
Essas oras dixo Ruy Díaz, ‘Que me plaze de grado.
Cabdillaré las azes ante del alvor quebrado,
commo estén las açes paradas enante del sol rayado.’
Apriessa dan çevada e piensan de cavalgar.
Las açes son acabdilladas quando el alvor quiere quebrar.
Mandava Ruy Díaz a los castellanos al buen rey don Fernando guardar.
Va Ruy Díaz con los noveçientos, la delantera fue tomar.
Armadas son las açes e el pregón apregonado,
la una e las dos a la terçera llegando.
La infanta de Saboya, fija del conde saboyano,
yazía de parto en la tienda del buen rey don Fernando.
Allí parió un fijo varón, el papa fue tomarlo,
ante que el rey lo sopiesse, fue el infante cristiano.
Padrino fue el rey de Françia e el enperador alemano,
padrino fue un patriarcha e un cardenal onrado,
en las manos del papa el infante fue cristiano.
Allí llegó el buen rey don Fernando.
Quando lo vio el papa, passó el infante a un estrado,
començó de predicar, muy grandes bozes dando,
‘Cata,’ diz, ‘Rey de España, cómmo eres bien aventurado,
con tan grand onra, ¡Dios, qué fijo te ha dado!
Miraglo fue de Cristus, el Señor apoderado,
que non quiso que se perdiesse cristianismo desde Roma fasta Santiago.
Por amor deste infante que Dios te ovo dado,
danos tregua, siquiera por un año.
Allí dixo Ruy Díaz, ‘Sol non sea pensado,
salvo si es entrega.’
‘Enpero más queremos aplazarlo,
e tal plazo nos dedes que podamos entregarlo,
o morrá este emperador, o l’ daremos reinado apartado.’
Dixo el rey don Fernando, ‘Dóvos quatro años de plazo.’
Dixo el rey de Françia e el emperador alemano,
‘Por amor deste infante, que es nuestro afijado,
otros quatro años vos pedimos de plazo.’
Dixo el rey don Fernando, ‘Séavos otorgado.
E por amor del patriarcha dóvos otros quatro años,
e por amor del cardenal.