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Folio 199v

 

Essas oras dixo, ‘¡Ay, mesquino desaventurado!

Cuidé que lidiava con omne e lidié con un pecado,

que dentro poco ha que fueste nombrado,

que non te atiende rey moro nin cristiano en el campo,

ca de muerto o de preso non te saldría de la mano.

Oílo contar al rey de Françia e al papa de Roma,

que nunca prendes omne nado que nunca te prendiesse.

Dame de qué guisa podría yo salir de tu presión, que non fuesse desonrado.

Casarte ía con una mi fija que yo más amo,

e non he otra fija nin otro fijo que herede el condado.’

Allí dixo Rodrigo, ‘Pues enbía por ella muy privado.

Si yo della me pagare, que cabe se fará el mercado.’

Ya van por la infanta a poder de cavallo.

Tráenla guarnida, en una silla muy blanca,

de oro el freno, non mejor obrado.

Vestida va la infanta de un baldoque preçiado,

cabellos por las espaldas commo de un oro colado,

ojos prietos commo la mora, el cuerpo bien tajado.

Non ha rey nin emperador que della non fuesse pagado.

Quando la vio Rodrigo, tomóla por la mano,

e dixo, ‘Conde, it a buena ventura muy privado.

Que non casaría con ella por quanto yo valgo,

ca non me perteneçe fija de conde nin de condado.

El rey don Fernando es por casar,

a él me la quiero dar, sí faga mayoralgo.

Conde, por quanto de los ojos vedes, non vos coja más en el canpo.’

Dávala Rodrigo a los suyos, liévanla passo.

Él acogiésse para el rey al galope del cavallo,

dixo, ‘¡Albriçias, señor, que vos trayo buen mandado!

En mill e noueçientos cavalleros fize muy grand daño,

prise al conde de Saboya por la barba, sin su grado,

diome por sí su fija e yo para vós la quiero.

E beso las manos, e vós que me fagades algo.’

Essas oras dixo el rey, ‘Sólo non sea pensado.

Ca por conquerir reinos vine acá, ca non por fijas dalgo,

ca nós las quesiéramos, en España falláramos afartas.’

Essas oras dixo Rodrigo, ‘Señor, fazedlo privado.

¡Enbarraganad a Françia!, sí a Dios ayades pagado,

suya será la desonra, irlos hemos denostando.

Assí bolveremos con ellos la lid en el campo.’

Essas oras fue el rey ledo e pagado,

e dixo, ‘Rodrigo, pues en mill e noveçientos fezistes grand daño,

de los tuyos, ¿quántos te fincaron?, sí a Dios ayas pagado.’