Rodrigo, a los tres días, a Çamora ha llegado,
vio estar al rey muy triste, ante él fue parado,
sonrisándosse iva e de la boca fablando,
‘Rey que manda a Castilla e a León non deve ser desconortado.
Rey, ¿quién vos fizo pesar?, o ¿cómmo fue dello osado?
De preso o de muerto non vos saldrá de la mano.’
Essas horas dixo el rey, ‘Seas bien aventurado,
a Dios mucho agradesco por ver que eres aquí llegado.
A ti digo la mi coita, donde soy coitado,
enbióme desafiar el rey de Aragón e nunca ge lo ove buscado,
enbióme dezir quel’ diesse a Calahorra, amidos o de grado,
o quel’ diesse un justador de todo el mi regnado.
Querelléme en mi corte a todos los fijos dalgo,
non me respondió omne nado,
Respóndele tú, Rodrigo, mi pariente e mi vassallo,
fijo eres de Diego Laínez e nieto de Laín Calvo.’
Essas horas dixo Rodrigo, ‘Señor, plázeme de grado.
A tal plazo nos dedes que pueda ser tornado,
que quiero ir en romería al padrón de Santiago,
e a Santa María de Rocamador, si Dios quesiere guisarlo.’
Essas horas dixo el rey, ‘En treinta días avrás afarto.’
El conde con grand bigor, en pie fue levantado,
e dixo, ‘Rey, en treinta días mucho es grand plazo,
que más me quería ver con Rodrigo que quien me diesse un condado.’
Estonçe dixo Rodrigo, ‘Conde, ¿por qué vos quexades tanto?
Que a quien diablos han de tomar, chica es posiesta de mayo.’
Essas horas dixo el rey, ‘Ve tu vía, bien aventurado.’
A los caminos entró Rodrigo, passól’ por Malgrado,
de qual dizen Benabente, segunt dize en el romançe,
e passó por Astorga e llegó a Monte Iraglo.
Complió su romería, por Sant Salvador de Oviedo fue tornado,
a la condessa doña Theresa Núñez, e apriessa ovo preguntado,
‘Señora, ¿cuántos días ha passados que yo fui en romería a Santiago?’
E dixo la condessa, ‘Oy passan veinte e seis días,
cras serán los veinte e siete días llegados.’
Quando esto oyó Rodrigo fue mal amanzellado,
e dixo, ‘Cavalgat mis cavalleros e non querades tardarlo,
vayámosnos servir al buen rey don Fernando,
que tres días ha, non más, para complirse el plazo.’
A los caminos entró Rodrigo con treçientos fijos dalgo,
al vado de Cascajar, a do Duero fue apartado,
fuerte día fazía de frío, a la posiesta en llegando,
a la horilla del vado, estava un pecador de malato,
a todos pediendo piedat, que le passassen el vado.