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Folio 188r

 

E remaneçió la tierra sin señor quando morió el rey Pelayo.

Este rey Pelayo avía una fija de ganançia,

e fue casada con el conde don Suero de Caso,

e fizo en ella el conde don Suero un fijo que dixieron don Alfonso,

e a este don Alfón fizieron rey de León.

E los castellanos bevían en premia,

e avían guerra con Navarra e con Aragón,

e con los moros de Sant Estevan de Gormaz e de León e de Sepúlbeda.

E era Olmedo de moros,

e dende adelante la tierra frontera que avía Castilla, Bilforado e Grañón,

e de la otra parte era Navarra frontera de León e de Carrión e de Saldaña.

E porque los castellanos ivan a cortes al rey de León con fijas e mugieres,

por esta razón fizieron en Castilla dos alcaldes,

e quando fuesse el uno a la corte, que’l otro manparasse la tierra.

¿Quáles fueron estos alcaldes?

El uno fue Nuño Rasura e el otro Laín Calvo.

¿E por qué dixieron Nuño Rasura este nonbre?

Porque cogió de Castilla señas eminas de pan,

e fizo voto a Santiago que les ayudasse contra los moros.

E el conde fue aqueste Nuño Rasura de Sant Pedro de Arlança.

E este Nuño Rasura ovo un fijo quel’ dixieron Gonçalo Núñez,

e porque era malo e traviesso quísolo el padre matar,

e fuésse para el rey moro Guibén, señor de Madrid.

E falló allá a doña Aldara Sánchez,

fija del rey don Sancho Ramírez de Navarra,

que andava mala mugier con los moros.

E pedióla por mugier, que acá non ge la darién,

e casó con ella e tráxola a Castilla.

E fizo en ella tres fijos,

e los mayores non valieron nada,

e el menor fue el conde Fernand Gonçález,

que mantovo a Castilla muy grant tiempo.

E ovo de aver contienda con el rey don Sancho Ordóñez de Navarra,

e este rey don Sancho Ordóñez fizo vistas con el conde Fernand Gonçález,

en un lugar que dizen Vañárez.

E yendo el conde seguro, prísol’ el rey en engaño,

e llevólo preso a Tudela de Navarra.

E yaziendo el conde preso, sacólo doña Costança,

hermana del rey don Sancho Ordóñez.

E yaziendo el conde en los fierros, tomólo la infanta a sus cuestas,

e dio con él en un monte.

E encontraron a un açipreste de aí, de Tudela de Navarra,

e dixo que si la infanta non le fiziesse amor de su cuerpo, que los descobrería.

E la infanta fue abraçarlo,

e teniéndole la infanta abraçado, llegó el conde con sus fierros,

e matólo con el su cochillo mismo del açipreste.