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Folio 198r

 

e el conde don Bellar, escogiera el mejor,

e el conde don Ximón Sánchez, de Burueva señor,

e el conde don Garçía de Cabra, de todos el mejor,

e el conde Garçi Fernández el Bueno, Crespo de Grañón,

Almerique de Narbona, qual dizen don Quirón,

con ellos va Rodrigo, de todos el mejor.

Los çinco reys de España todos juntados son,

passavan allende Duero, passavan allende Arlanzón,

e siete semanas por cuenta estido el rey don Fernando,

atendiendo batalla en una lid en campo.

Apellidósse Françia con gentes enderredor,

apellidósse Lonbardía, assí commo el agua corre,

apellidósse Pavía, e otras gentes,

apellidósse Alemaña con el emperador,

Pulla e Calabra e Sezilla la mayor,

e toda tierra de Roma, con quantas gentes son,

e Armenia e Persia la mayor,

e Frandes e Rochella e toda tierra de Ultramar,

e el palazín de Blaya, Saboya la mayor.

Quales atavetradores del buen rey don Fernando,

el conde don Firuela e el conde don Ximón Sánchez,

vieron venir grandes poderes del conde saboyano,

con mill e nueveçientos cavalleros a cavallo.

Veniéronse contra el rey de Castilla, llamando,

‘¡A las armas, cavalleros, el buen rey don Fernando!

A Ruédano passemos ante que prendamos daño,

que atantos son françeses commo yervas del canpo.’

Essas horas dixo el rey don Fernando, ‘Non es lo que yo demando.

Grandes tiempos ha passado que yo salí de mis reinados,

quantos d’ella saqué todos son despensados.

El día que yo cobdiçiava ya se me va allegando,

de verme en lid en campo con quien me llama tributario.

Varones, ¿qué me fizo rey, señor de España?

La mesura de vosotros, fijos dalgo,

llamástesme señor e besástesme la mano.

Yo un omne só señero, commo uno de vosotros,

quanto es del mi cuerpo, non puede más que otro omne.

Mas do yo metier las manos, ¡por Dios, vós sacaldas!,

que grand presión espera España mientra el mundo fuere.

Que vos non llamen tributarios en ninguna sazón,

ca vos orarían mal sieglo quantos por naçer son.’

A ninguna destas querellas ninguno non le respondió.

El rey con la malenconía, por el coraçón quería quebrar,

demandó por Rodrigo, el que naçió en Bivar.

Recudióle Rodrigo, la mano le besó,

‘¿Qué vos plaze, señor, el buen rey don Fernando?

Si conde o rico omne vos salió de mandado,